Ecografías en el embarazo

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La ecografía es una prueba de diagnóstico que, utilizando ondas sonoras, registra una imagen de tu bebé, placenta y útero. Se utiliza para realizar un seguimiento de tu salud y del desarrollo del bebé a lo largo del embarazo.

Ya verás como todo va bien

Algunas son simplemente parte del protocolo, otras son opcionales y otras solo se recomiendan en ciertas circunstancias.

Normalmente, a lo largo del embarazo tu médico te realizará al menos tres ecografías:

  • Ecografía en la semana 12 de embarazo para confirmación del mismo.
  • Ecografía en la semana 20 de embarazo para comprobar que el bebé se desarrolla correctamente.
  • Ecografía en la semana 32 para controlar que todo sigue correctamente de cara al parto.

Estas no tienen por qué ser todas las ecografías que te hagan durante el embarazo. Si por alguna razón tu ginecólogo o comadrona consideran que hay que hacer un seguimiento más exhaustivo, es posible que te realicen más ecografías.

La ecografía es una prueba en sí es muy sencilla e indolora. Es posible que te pidan que bebas mucha agua antes de la ecografía, ya que si la vejiga está llena ayuda a que avance el útero y se puede visualizar con más detalle la zona uterina.

Ecografías más comunes

¡Qué emoción! Te detallamos las ecografías de ultrasonidos más comunes en el embarazo:

Ecografía semana 6-10: de diagnóstico de embarazo 

Ésta se realiza especialmente si has tenido algún aborto o embarazo ectópico, o si sufres dolor o sangrado. La ecografía comprobará el avance realizado hasta ahora, las dimensiones del feto y el ritmo cardíaco. Como es muy difícil que con una ecografía corriente pueda verse una imagen nítida, es posible que te la realicen empleando una pequeña sonda que se introduce por la vagina.

Ecografía semana 10 – 12: de translucencia nucal o del pliegue nucal

Ésta es quizás la que más información aporta y posiblemente uno de los momentos más emocionantes del embarazo. Suele durar unos diez minutos, suficientes para comprobar si viene más de un bebé, si existe alguna malformación evidente, el estado de los ovarios de la madre y el ritmo cardíaco del bebé.

En esta ecografía también se realiza la prueba del pliegue nucal, que evalúa el riesgo de que el feto padezca alguna anomalía cromosómica como el Síndrome de Down. También tiene en cuenta la edad, el peso, la altura, el índice de masa corporal (IMC) y los análisis de sangre.

El resultado es más una probabilidad que una respuesta decisiva, por lo que es posible que te aconsejen una prueba de amniocentesis para confirmarlo definitivamente.
Por último, en esta ecografía también se confirma la fecha prevista para salir de cuentas y, sobre todo, será la primera vez que puedas ver nítidamente a tu pequeño, un momento precioso que no olvidarás nunca.

Ecografía semana 20: de morfología fetal

Esta ecografía dura entre quince y veinte minutos, y sirve para hacer un chequeo exhaustivo del desarrollo del feto. Además de medir la cabeza, abdomen y fémur del bebé, se hace un examen exhaustivo de:

  • Las manos y pies.
  • Su estómago, riñones y vejiga.
  • El tamaño, forma y posibles efectos estructurales en el corazón del bebé.
  • La ubicación de la placenta, el cordón umbilical y los niveles de líquido amniótico.
  • Posible paladar hendido u algún problema obvio del cerebro.
  • La alineación y desarrollo de la columna vertebral.

En esta etapa de tu embarazo, lo normal es que ya puedas ver cómo se mueve el bebé y es posible que ya se pueda conocer su sexo (avisa antes si no quieres saberlo). Este puede ser un momento muy emocionante que puedes conservar pidiendo una copia impresa de la imagen de la ecografía.

Ecografía semana 32: de crecimiento

En general esta ecografía es la última antes del nacimiento. Se comprueba que todo está bien de cara al parto: tamaño y peso del bebé, y el estado de la placenta y líquido amniótico. Dependiendo de los resultados, es probable que sea la última oportunidad de ver a tu pequeño a través de tu abdomen.

Aviso importante: La leche materna es la mejor opción para tu bebé ya que proporciona múltiples beneficios a los bebés y las madres. Es importante que durante el embarazo y la lactancia, mantengas una dieta sana y equilibrada. Combinar el pecho con otras fórmulas lácteas durante las primeras semanas del bebé puede reducir tu producción de leche materna, haciendo más difícil la vuelta a una alimentación basada únicamente en leche materna. Consulta siempre con tu médico y/o matrona cualquier duda sobre la alimentación de tu bebé. Si utilizas una leche de fórmula, debes seguir las instrucciones del envase para una correcta preparación.

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