¿Qué son las grasas saturadas?
Muchas personas han escuchado que deben limitar las grasas saturadas en la dieta, pero no todas saben exactamente qué son o por qué es importante reducir su consumo. Internet está lleno de consejos contradictorios sobre nutrición, por lo que la mejor opción es comprender exactamente por qué no son recomendables las grasas saturadas, cómo afectan a la salud y, más importante aún, por qué sustituirlas para mantener una dieta saludable sin pasar hambre.
Definición de grasas saturadas
Las grasas saturadas son un tipo de grasa que se encuentra principalmente en productos animales como carnes rojas, mantequilla y productos lácteos enteros. A diferencia de las grasas insaturadas, que son líquidas a temperatura ambiente, las grasas saturadas son sólidas.
Se las conoce como ‘saturadas’ porque sus cadenas de átomos de carbono están completamente saturadas con hidrógeno, lo que hace que su estructura química afecte de forma negativa al organismo.
Cómo afectan al nivel de colesterol
Estas grasas saturadas tienen un impacto negativo en los niveles de colesterol en la sangre. Consumirlas en exceso puede aumentar el colesterol total, lo que incluye al colesterol LDL o colesterol malo. Este es el tipo de colesterol que se acumula en las paredes de las arterias, dando lugar a la formación de placas que pueden restringir el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas que pueden terminar haciendo que el corazón se detenga.
Relación entre las grasas saturadas y el colesterol LDL
El consumo de grasas saturadas eleva el colesterol LDL en la sangre más que cualquier otro tipo de alimento. Esto se debe a que influyen en la forma en que el hígado procesa el colesterol, aumentando la producción de LDL.
Mantener niveles bajos del llamado colesterol malo (LDL) es esencial para mantener una buena salud cardiovascular, ya que reduce el riesgo de formación de placas arteriales y enfermedades relacionadas.
Alternativas saludables a las grasas saturadas
Reemplazar las grasas saturadas con grasas insaturadas es una estrategia que ha demostrado utilidad a la hora de mejorar los niveles de colesterol en las personas. Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas que se encuentran en alimentos como el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos y los pescados grasos como el salmón, no solo ayudan a reducir el LDL, sino que también pueden aumentar la producción de colesterol HDL o bueno.
Incorporar estos alimentos en tu dieta contribuye a conseguir un sistema cardiovascular más saludable. Sin embargo, es importante alcanzar un equilibrio aceptable, ya que no dejan de ser grasa y también deben ser ingeridad en su justa medida.
¿Hay que dejar de ingerir grasas para no tener colesterol?
Eliminar todas las grasas de la dieta no es la solución para controlar el colesterol. El cuerpo necesita grasas para funcionar correctamente, ya que influyen en la absorción de vitaminas y la producción de hormonas.
La clave está en elegir grasas saludables que promuevan un equilibrio adecuado de colesterol, reduciendo el LDL y aumentando el colesterol HDL. Las grasas insaturadas, especialmente las omega-3, son importantes en este procedimiento, ya que son necesarios en nuestro organismo, pero solo pueden ser adquiridos a través de la alimentación o suplementación.
Cómo bajar el colesterol de manera natural y sin pasar hambre
Reducir el colesterol no tiene por qué significar pasar hambre o eliminar por completo las grasas de la dieta habitual.
Adoptar una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables es una de las mejores formas de mejorar los niveles de colesterol en sangre. Además, la actividad física regular y evitar el tabaco son acciones indispensables para mantener el colesterol a raya.
Estos cambios de estilo de vida no solo ayudan a gestionar el colesterol, sino que promueven un bienestar general que se deja notar en el día a día de quienes los llevan a cabo. ¡Ha llegado la hora de sentirse bien y estar aún mejor!
